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A excepción de Roma, Napóles y las islas de Cerdeña y Sicilia, los principales atractivos turísticos de Italia se sitúan en el norte del país: Venecia, Verona, Florencia, Pisa o Milán. Miles de visitantes llenan cada año sus calles, ávidos de arte y arquitectura, suculentos platos y hermosos entornos naturales. Sin embargo, además de los recorridos por estas poblaciones que te propusimos en la primera parte de rutas por Italia, la Italia meridional ofrece fantásticas sorpresas al viajero, desde ciudades que rezuman historia, pueblecitos costeros con casas de colores y un mar cristalino, o localidades patrimonio de la UNESCO únicas en el mundo por la singularidad de sus construcciones. Todo, aderezado con una deliciosa gastronomía, tradiciones milenarias y un agradable clima mediterráneo. En este artículo de Wikidriver te propondremos 4 rutas en coche por el centro-sur de Italia para que conozcas las maravillas de la Toscana, el Lacio y la Campania, y descubras los tesoros que esconde la Apulia y la Basilicata. ¿Dispuesto a dejarte sorprender?
Ruta al val d’Orcia (Toscana)
Un viaje a la Toscana en coche es ideal para visitar esta región sin prisas y detenernos en los múltiples rincones que nos regala la cuna de Michelangelo y otros genios renacentistas. En el centro de este territorio y a 50 kilómetros al sur de Siena se encuentra el bellísimo val d’Orcia, con hermosas lomas de un verde intenso, colinas onduladas y sinuosos caminos custodiados por cipreses y viñedos. A este bucólico paisaje hay que añadirle numerosos pueblos medievales llenos de encanto, como Volterra, San Gimignano, Montalcino, Montepulciano o Pienza, y ciudades que destilan historia y arte por doquier, como Florencia, Pisa, Lucca y Siena.
Para empezar la ruta os proponemos ir hasta Pisa y visitar su icónica torre inclinada; si no queréis preocuparos buscando aparcamiento (el centro suele tener pocas plazas disponibles), os sugerimos dejar el coche en uno de los parkings públicos de la ciudad. Posteriormente, seguiremos hacia Lucca y Volterra, dónde podréis pasear por sus hermosas piazze, museos y numerosas villas con amplios jardines. A continuación, la ruta sigue hacia San Gimignano y Monterrigioni, dos pueblecitos encantadores que parecen detenidos en la Edad Media, y la admirada Siena, famosa mundialmente por su Pallio (carrera de caballos de origen medieval). De Siena continuamos hasta Montalcino, la hermosa Abadía de Sant’Animo y Bagno Vignoni, famosa por sus aguas sulfurosas.
Continuaremos visitando Montepulciano, otro de los incontables pueblecitos medievales que enamoran, Castellina in Chianti y Radda in Chianti, donde podréis disfrutar de unas maravillosas vistas sobre las viñas y degustar el vino Chianti clásico de esta región. Para terminar, visita a Voltaia y los restos del castillo que aún hoy pueden admirarse y la inigualable Florencia, un museo al aire libre con innumerables joyas artísticas: la Catedral de Santa Maria del Fiore, con la Cúpula de Brunelleschi, el Campanario de Giotto y el Baptisterio, la Galleria degli Uffizi, el Palazzo Vecchio y la Piazza della Signoria y, como no, el admiradísimo Ponte Vecchio, con sus singulares casas coloridas colgando sobre el río Arno.
Ruta a Roma (Lacio)
Hay dos ciudades en el mundo que merecen el calificativo de «museos al aire libre»: una es la maravillosa Venecia y la otra es Roma. Cuna del Imperio Romano e importantísimo centro político, cultural y artístico durante siglos, su historia y pasado glorioso están bien presentes en toda la ciudad. Los restos romanos (anfiteatros, foros, basílicas, termas, acueductos, plazas) se esconden detrás de cada esquina; las obras de arte renacentistas y barrocas desbordan los museos y galerías de la ciudad; los lugares singulares se cuentan por decenas… hacer una selección de qué ver en Roma no es tarea fácil, pero en esta ruta hemos intentado concentrar los sitios que no puedes dejar de visitar si vas a la città eterna.
Antes de empezar el recorrido, un apunte: recorrer Italia en coche no es siempre fácil, especialmente en ciudades tan caóticas y con tanto tráfico como Roma. Por ello, recomendamos visitarla a pie y dejar el coche en el parking Saba de Villa Borghese, aprovechando para empezar la ruta recorriendo este gran parque enjardinado y la Galleria Borghese, con obras de Caravaggio y Bernini. Proseguiremos visitando la teatral Piazza del Popolo, de la cual sale el Tridente (tres famosísimas calles donde ir de compras y tomar un café o spuntino —tentempié). Siguiendo via del Corso, via del Babuino o via di Ripetta llegaremos a las cinematográficas escaleras de Trinità dei Monti y la Piazza di Spagna. Muy cerca se encuentra el mausoleo de Augusto, más conocido como Ara Pacis, y Via Condotti, el rincón de los grandes modistos y tiendas de lujo.
A continuación, visita obligada al casco antiguo y centro histórico, donde podremos admirar los tesoros de la Roma Antigua (los maravillosos Coliseo, Foro Romano y Fontana di Trevi, el Palatino, el Panteón, la Piazza Navona, la Columna Trajana y el Campidoglio), junto con el pintoresco mercado de Campo de’ Fiori.
Evidentemente, la Ciudad del Vaticano es otro de los máximos puntos de interés de Roma; aquí podremos admirar la belleza de la basílica San Pedro, con la Pietà de Michelangelo en su interior, y la majestuosa plaza cercada por las columnas de Bernini. Proseguiremos con los Museos Vaticanos, que albergan espléndidas obras de arte y la joya renacentista de Michelangelo, la Capilla Sixtina. También recorreremos el Castel Sant’Angelo, antigua fortaleza y palacio de numerosos papas.
Para concluir esta ruta en la capital italiana, no podemos olvidarnos de visitar el animado barrio del Trastevere y deleitarnos con los platos típicos romanos a orillas del Tíber, como la pasta cacio e pepe (queso y pimienta), la pasta alla carbonara o all’amatriciana, entre otras exquisiteces.
Ruta a la Apulia y Matera (Basilicata)
Otra propuesta de ruta por Italia en coche es la deliciosa Apulia. Aunque quizás menos conocida que otras regiones del norte, «el tacón de la bota» es una tierra plural, de contrastes; una tierra rural y marinera, donde la esencia mediterránea se mezcla con los restos medievales y barrocos; las costas bañadas por las aguas turquesas, con los bosques y montañas del interior. El abanico de opciones que ofrece la Apulia es tan grande que satisface a todos los públicos: magníficos restos de historia antigua, del periodo medieval y barroco esparcidos por toda la región para los apasionados de la historia; 800 quilómetros de litoral bañado por los dos mares para los amantes de la naturaleza, los deportes náuticos y el relax; un rico pasado arquitectónico y religioso en forma de incontables basílicas, santuarios e iglesias para los más devotos y un animado calendario repleto de celebraciones, sagre (fiestas populares) y tradiciones milenarias para los interesados en la cultura popular y las costumbres de antaño.
Empezaremos esta ruta por el Parque Nacional del Gargano, en el norte de la región, para ir descendiendo hasta llegar a la «punta del tacón», en la ciudad de Otranto. El Parque Nacional del Gargano es uno de los espacios naturales más interesantes de la Apulia que alterna frondosos bosques de hayas y robles en su interior, como la Foresta Umbra, con escarpados acantilados, pequeñas calas con aguas de ensueño y pueblos pesqueros como Vieste, situado en la espuela de la Península Itálica. Destaca la Baia delle Zagare por la belleza apabullante de sus aguas y rocas erigidas en medio del mar y sus cuevas marinas. Continuamos visitando Castel del Monte, un imponente castillo del siglo XIII construido por orden del emperador Federico II. Considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un ejemplar de arquitectura militar medieval único en su género y destaca por la combinación de formas arquitectónicas de varios periodos y estilos.
Seguiremos haciendo una pequeña incursión en la Basilicata para admirar el singular pueblo de Matera, otra población italiana patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Nacida entre piedras, no es casual que esta sea localidad sea conocida como «i Sassi di Matera» (las piedras de Matera), ya que todas sus casas fueron excavadas directamente en la roca blanquecina característica de esta zona. Después de la visita, volveremos a la Apulia para deleitarnos en Alberobello, un pueblo de postal sumergido en la historia y la tradición con sus característicos trulli, otra joya que ha adoptado la UNESCO. Los trulli son pintorescas casas de piedra y techo cónico construidas a mano sin argamasa que dibujan un delicioso paisaje y constituyen uno de los ejemplos más excepcionales de arquitectura popular italiana.
Proseguimos hacia Ostuni, una población que destaca por la blancura de sus casas y la belleza de sus aguas cristalinas a pares iguales. Aquí vale la pena tomarse un respiro y gozar de playas idílicas como la Torre Pozzelle, Santa Sabina o Quarto di Monte, además de recorrer el centro histórico y los museos de la ciudad. A continuación nos espera el Salento, en el extremo más meridional del país. Tierra de campesinos y pescadores, esta región comprende Brindisi, Lecce y Taranto y es un amalgama de historia y arte, espléndidas calas, cuevas y grutas y una rica gastronomía. El Salento también es música, cultura y folclore popular, y uno de sus máximos exponentes es la famosa «Notte della Taranta», un festival de música popular en Melpignano que a mediados de agosto hace sonar la característica pizzica sin parar y congrega a miles de locales y visitantes.
Posteriormente visitaremos Lecce, donde deberemos debatirnos entre visitar sus más de 40 deliciosas iglesias barrocas o sumergirnos en sus calas paradisíacas, como la Torre dell’Orso o la preciosa Grotta della Poesia. Otras maravillas que el Adriático nos ofrece en esta zona son las playas de Pescoluse o Torre Pali, con todas las variedades de turquesa habidas y por haber. Después de gozar de las Maldivas del Salento, tal como las apodan, iremos a Otranto para terminar la ruta por el sur de Italia. Aquí podremos admirar el castillo aragonés (como otras ciudades italianas, en el siglo XIII Otranto fue anexionada a la Corona de Aragón), la catedral y su ribera de escollos, que nos regala múltiples escenas de postal con el Adriático como telón de fondo para culminar el viaje.
Ruta a Nápoles, Herculano y Pompeya, Capri y la Costa Amalfitana (Campania)
Nápoles y la Costa Amalfitana son dos joyas del centro-sur de Italia ideales para recorrer en coche. Nápoles: vivaz, caótica, atropellada, pero encantadora; la Costa Amalfitana: un espectáculo para los sentidos. Con bellísimos paisajes, una gastronomía excelente y obras de arte esparcidas por sus múltiples rincones, la Campania deleita a todo tipo de viajeros.
Empezaremos la ruta en la alegre y animada Nápoles, una tierra caracterizada por la mezcla de olores, colores y sabores, de cultura, historia y música con el imponente Vesubio a sus espaldas. La ciudad, que asoma a un magnífico golfo salpicado de pequeñas y encantadoras islas, cuenta con incontables puntos de interés turístico: la monumental Piazza del Plebiscito, la Galleria Umberto I, sus preciosos castillos Castel Nuovo (Maschio Angioino) y Castel dell’Ovo (este último, con unas vistas increíbles sobre la bahía) y el Palacio Real, entre otros.
Tras visitar la ciudad, nos dirigiremos a los yacimientos arqueológicos de Herculano y Pompeya, de gran interés histórico y muy bien conservados desde que el feroz estallido del Vesubio los sepultara el 79 d.C. Sin duda, la visita a estos lugares permite comprender la fuerza arrolladora de la naturaleza y compunge el alma al ver los restos de sus habitantes petrificados.
De Pompeya seguimos hasta la península de Sorrento, donde cogeremos un barco hasta la bellísima isla de Capri. Entre sus múltiples atractivos, podremos disfrutar de la Grotta Azzurra (la Gruta Azul) y de las ruinas de las villas romanas imperiales. A continuación, volveremos a Sorrento para visitar la Costa Amalfitana. Considerada uno de los miradores más bellos de Italia y declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la Costa Amalfitana enamora apenas poner los pies en ella. Tanto es así que en los años 50 y 60, grandes estrellas de Hollywood sucumbieron a su encanto y a la dolce vita que destilan sus calles, plazas y bellos rincones con vistas al mar. En estos 60 km de curvas y deliciosos pueblecitos, destacamos Positano, un puñado de preciosas casas blancas que se asoman desafiantes al mar; Praiano, con sus espléndidas playas de aguas turquesas Praia y Gavitella y la característica cerámica mayólica —propia de la zona— que recubre la iglesia de San Gennaro, y Conca dei Marini, con la Grotta dello Smeraldo (Gruta Esmeralda), una cueva parcialmente sumergida en el mar de preciosos tonos esmeraldas debido al color que adquiere el agua cuando la luz del sol se filtra en su interior.
Proseguiremos visitando Amalfi, un precioso pueblo pescador que da nombre a la costa; Atrani, con numerosas cuevas, calles estrechas y hermosos arcos y Ravello, con la maravillosa Terrazza dell’Infinito, el Museo del coral y el Giardino dell’Animo, que se asoma al mar Tirreno ofreciendo unas vistas de postal. Seguiremos bordeando la costa y nos detendremos en Cetara para degustar los clásicos spaghetti con colatura di alici (espaguetis con coladura de anchoas) o cuoppo, una mezcla de gambas y calamares fritos. Terminaremos la ruta por la Costa Amalfitana en el fantástico pueblo de Vietri sul mare, famoso por su cerámica y su gastronomía marinera.
En conclusión, esperamos que después de las propuestas que te hemos hecho en este artículo y en el anterior te hayan cogido ganas de coger carretera y manta y descubrir las maravillas del Belpaese al volante. Y es que viajar por Italia en coche, a nuestro ritmo y sin las prisas de un viaje organizado, es una excelente idea para los amantes de la conducción, los paisajes de ensueño y los pueblos pintorescos que no salen en los mapas.