Enclavada entre el Castillo de Santa Bárbara y el de San Fernando y a orillas del mar Mediterráneo, Alicante es una de las poblaciones de la Comunidad Valenciana con más turismo gracias a los atractivos naturales que tiene, como sus playas o la Isla de Tabarca, su patrimonio, su cultura, y su oferta turística, gastronómica y lúdica. También destaca por sus fiestas tradicionales, como las hogueras de San Juan en junio, la fiesta de la venida de la Virgen en diciembre o la fiesta de los Capitanes de Petrer a finales de noviembre. Si has decidido romper con la rutina y hacer una escapada de fin de semana a esta localidad, a continuación te contaremos qué ver en Alicante y te haremos algunas interesantes propuestas para que aproveches la visita.
Seguidamente, te proponemos una variada selección de lugares que, a nuestro entender, vale la pena visitar si viajas a esta población costera:
– Castillo de Santa Bárbara: una de las cosas que ver en Alicante es, sin duda, su icónico castillo. Situado en la cima de la montaña Benecantil, a 166 metros de altitud, alberga una de las fortalezas medievales más grandes de España y es un magnífico mirador para contemplar la bahía de la ciudad. Es especialmente recomendable visitarlo temprano o al caer la tarde para disfrutar de la salida y la puesta de sol
– Castillo de San Fernando: custodiando la entrada oeste de la ciudad sobre el monte Tossal se encuentra el otro castillo emblemático de Alicante. Construido en 1809 por el rey Fernando VII para luchar contra las tropas napoleónicas, en realidad la fortaleza nunca se usó en ninguna batalla, porque al día siguiente de llegar a Alicante, las tropas galas fueron llamadas a retirarse para preparar la guerra contra Rusia
– Casco antiguo del barrio de Santa Cruz, paseo por la Explanada y Casa Carbonell: otra de las recomendaciones siempre que se visita una nueva ciudad es recorrer su casco antiguo. En el caso de Alicante, el barrio de Santa Cruz es uno de los más genuinos y con más personalidad, repleto de casas encaladas y balcones floreados. Construido en una de las laderas del monte Benecantil, el barrio destaca por su escarpada orografía y su marcado colorido, que contrasta con la aridez y uniformidad del terreno que le rodea. Sin duda, la estética de Santa Cruz recuerda claramente a la de los pueblos blancos andaluces, así como su animada vida y sus múltiples bares y restaurantes, abiertos también de noche para los que se animen a tomar una copa. Tras recorrerlo y visitar la Concatedral de San Nicolás, te recomendamos seguir la visita caminando por la Explanada, el paseo más famoso de la ciudad que imita las ondeantes olas del mar con sus seis millones de teselas tricolores. Puedes aprovechar para sentarte en uno de sus locales y tomarte una refrescante horchata con fartons o asistir a una representación de danzas tradicionales y música en «la concha», un gran escenario blanco en medio del paseo conocido con este nombre por su parecido con dicho elemento marino. En el paseo de la Explanada también encontramos la majestuosa Casa Carbonell, un edificio residencial de principios de s.XX con una situación privilegiada delante del frente marítimo. Un apunte: la mejor manera de visitar estos lugares es a pie, de modo que lo más recomendable es aparcar el coche en uno de los aparcamientos públicos de la ciudad y aprovechar al máximo la visita
– Ayuntamiento Alicante y Mercado Central: tras el paseo por la Explanada, puedes seguir recorriendo el núcleo urbano de Alicante en dirección al ayuntamiento, una obra arquitectónica civil barroca del siglo XVIII con una gran plaza, y el Mercado Central, un edificio con elementos de inspiración modernista
– Puerto marítimo e Isla de Tabarca: si el tiempo lo permite (por suerte, el tiempo aquí suele ser espléndido todo el año), una de las mejores cosas que ver en Alicante es la isla de Tabarca. Si bien también puedes disfrutar del sol y el relax en la playa del Postiguet, te aconsejamos que optes por esta preciosa isla, reserva del Mediterráneo por la biodiversidad de su flora y fauna y la excelente calidad de sus aguas. Si coges uno de los ferris que salen del puerto, llegarás en apenas una hora (está delante de la ciudad de Alicante, a unas once millas náuticas). Tabarca es la única isla habitada de la Comunidad Valenciana y, más que una isla, en realidad es un archipiélago, ya que está compuesto por tres islotes más: La Pedrera, La Galera y Nao. Una vez allí, podrás disfrutar de sus aguas cristalinas en la cala del francés, la del birrós, la cova del llop o la punta del falcó, observar los prados de posidonia de su rico ecosistema marino y degustar un buen arroz marinero en uno de sus numerosos restaurantes. También puedes aprovechar para pasearte por las tranquilas calles de su núcleo urbano, fortificado en el siglo XVIII por Carlos III, y visitar las iglesias de San Pablo y San Pedro, construidas en 1770
– Parc del Palmerar: situado en la avenida de Elche, se trata de uno de los parques con más encanto de Alicante, si bien queda un poco alejado del centro urbano. Como su nombre indica, está compuesto por centenares de palmeras, un lago, ríos artificiales y varios puentes de madera desde donde contemplar los saltos de agua y el entorno. Es un lugar muy agradable y refrescante, especialmente con las altas temperaturas de la primavera y el verano, y en el lago se pueden alquilar embarcaciones de recreo.
Con esta selección de monumentos y lugares emblemáticos de la ciudad, esperamos haberte sugerido ideas si no sabes qué hacer un fin de semana en Alicante; y si no tienes tiempo de verlo todo… ¡siempre tendrás una excusa para volver! Solo una recomendación final: para evitar sorpresas, ya sabes que siempre hay que revisar el coche antes de un viaje, así que comprueba que todo funcione correctamente, prepara tu maleta y ¡a disfrutar de la escapada!