En el debate sobre qué contamina más, si un vehículo con motor de combustión o uno eléctrico, solemos centrarnos en cuál emite más gases contaminantes mientras circula. Sin embargo, también hay otra variable que suele quedar en segundo plano, pero que es igual de importante: el coste medioambiental de fabricar ambos vehículos. Y es que, aunque la producción de los vehículos históricamente ha tenido un impacto negativo en el planeta, en los últimos años la industria automovilística se está esforzando en revertir esta situación con varias acciones y reducir el impactico climático de este proceso. En este artículo de Wikidriver te contaremos qué medidas en materia de sostenibilidad está adoptando el sector, así que si eres un conductor sensibilizado con el medio ambiente, te recomendamos que sigas leyendo.
Según un estudio de CapGemini, si bien a nivel global la industria automotriz aún está lejos de poder cumplir con la normativa europea anticontaminación y las inversiones en iniciativas de sostenibilidad siguen siendo escasas, un pequeño grupo de organizaciones del sector sí que está logrando mejoras significativas en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Seguidamente, repasaremos las acciones que la industria automovilística, en colaboración con centros de investigación del país, está adoptando para lograr ser ecofriendly y reducir el impacto medioambiental de sus procesos productivos:
– plantas abastecidas con energía procedente de fuentes renovables: si 40 años atrás, las plantas automovilísticas se abastecían exclusivamente de energías fósiles como el gas, el carbón o el petróleo para fabricar electricidad, en los últimos decenios las grandes marcas del sector han optado por modificar este paradigma y utilizar fuentes renovables como la energía eólica o hidroeléctrica en sus centros de producción o, incluso, autoabastecerse con fuentes propias. También centros tecnológicos como el Catalonia Energy Research Institute (IREC) han desarrollado softwares basados en algoritmos matemáticos para optimizar y abaratar el consumo eléctrico, algo muy valioso en una industria con un gran consumo de electricidad. Igualmente, los grandes centros de producción automovilística también han optado por usar nuevas fuentes energéticas como la biomasa, la incineración de residuos o los biocombustibles reciclados para calentar sus fábricas, en lugar de utilizar calefacción procedente de energías fósiles
– economía circular: en el esfuerzo por reducir la huella de carbono de los coches eléctricos y con motor de combustión, la reutilización y reciclaje de materiales son fundamentales. Por ello, la industria automovilística reutiliza piezas para dar valor a un residuo que, de lo contrario, contaminaría el medio ambiente y al mismo tiempo evita la producción de nuevas piezas. Así, actualmente se reciclan plásticos, neumáticos y baterías eléctricas, entre otros: varias marcas usan plásticos reciclados en lugar de textiles sintéticos de origen plástico para en fabricar ciertos elementos como alfombrillas o salpicaderos; algunos productores de neumáticos reciclan las gomas, dándoles una segunda vida, y lo mismo hacen las plantas de reciclaje de baterías eléctricas, donde reaprovechan valiosos minerales de estos componentes (como el níquel, el cobalto o el litio) para fabricar nuevas baterías. Otra opción para dar una segunda vida a las baterías eléctricas de los coches en que está trabajando la industria automovilística es reutilizarlas para el autoconsumo de viviendas o fábricas
– retrofit: aunque podría considerarse una práctica de economía circular, hemos querido dedicarle un punto y aparte dadas las amplias posibilidades que ofrece no solo en el sector privado, sino también en el público. El retrofit consiste en la reconversión de un vehículo con motor térmico a uno eléctrico, manteniendo el chasis del vehículo antiguo y sustituyendo solo el motor de combustión por uno eléctrico. La electrificación de vehículos antiguos es aún una práctica incipiente en nuestro país (si bien ya existen algunas asociaciones que se dedican a ello, como AECONVE y la Asociación Catalana Vehículo Eléctrico Volt-Tour), pero está muy extendida en otros países europeos como Francia o Alemania, por citar dos ejemplos. El retrofit puede aplicarse tanto a los vehículos privados, como a los de transporte colectivo, de modo que es una óptima vía para electrificar el parque automovilístico de un país y reducir la contaminación medioambiental
– materiales ecológicos y biodegradables: en el pasado, el plástico supuso un gran avance en la industria automotriz ya que permitía fabricar infinidad de piezas a un coste muy bajo, pero en la actualidad se ha convertido en un grave problema para el planeta (es un material altamente contaminante, tarda mucho tiempo en degradarse y tiene un enorme impacto en el ecosistema marino). En consecuencia, muchas marcas como Volvo, BMW o Volkswagen han optado por utilizar materiales biodegradables naturales como la lana en sus tapicerías y materiales veganos en el guarnecido de las puertas, los apoyabrazos y el interior del techo para reducir el consumo de plástico
– nuevas fuentes de combustible: si bien la energía eléctrica es el combustible ecológico más conocido en la actualidad, existen otras fuentes energéticas como el hidrógeno o los biocombustibles que ya se están empezando a aplicar a algunos vehículos en varias partes del mundo
– procesos de pintado ecológicos y eficientes: el proceso de pintado de un vehículo incluye sustancias que pueden resultar muy contaminantes para la Tierra. Si tenemos en cuenta las dimensiones de las plantas automovilísticas y su volumen anual de producción de vehículos, veremos que este elemento es altamente perjudicial para el medio ambiente. Para evitarlo, marcas como Volvo hace algunos años que utilizan pinturas basadas en agua y que han desarrollado sistemas automatizados para usar solo la cantidad estrictamente necesaria de pintura, disolventes y productos de limpieza en el proceso
– innovaciones técnicas para alargar el ciclo de vida de ciertos componentes: huelga decir que la innovación es otro pilar básico tanto para fabricantes de equipos originales (OEM, Original Equipment Manufacturer, según las siglas en inglés), como proveedores en la industria automovilística, ya que no solo permite mejorar la durabilidad y la eficiencia de ciertos componentes, sino reducir los costes de producción al ahorrarse fabricar nuevas piezas. Goodyear, por ejemplo, ha fabricado unos neumáticos sin aire a partir de materiales reciclados que duran más tiempo y no se deterioran, y en el centro tecnológico Eurecat de Catalunya están trabajando, junto a otros socios europeos, en el diseño y fabricación de las baterías eléctricas del futuro. Los objetivos son reducir un 40% su impacto ambiental, reaprovechar materiales industriales desechados para fabricarlas y abaratar reducir los costes de producción de estos elementos, entre otros
– implementación de políticas de sostenibilidad empresariales: aunque el consumo energético utilizado en la producción de los vehículos es la principal fuente de contaminación de las plantas automovilísticas, los residuos generados por la actividad de los trabajadores también tienen una fuerte repercusión en el medio ambiente. Por ello, las grandes marcas del sector ya hace años que han incluido la sostenibilidad como uno de los ejes centrales en su modelo de negocio, poniendo en práctica numerosas acciones para eliminar el plástico en la mayor medida posible, utilizando materiales reciclados y promoviendo una movilidad ecológica entre la plantilla, entre otras
– sistemas de trabajo y fabricación eficientes: como en muchos otros sectores económicos, tras la pandemia el teletrabajo también se ha implantado en la industria automovilística, contribuyendo a reducir la contaminación al evitar los desplazamientos de cientos de trabajadores en vehículo privado a los centros de producción. También los procesos de fabricación han sufrido cambios en pro de la eficiencia, la sostenibilidad y la reducción de costes. Un ejemplo de ello es el uso de plataformas modulares que hacen marcas como Volvo, utilizando una misma estructura y elementos comunes para fabricar varios modelos. ¿El resultado? Optimización de recursos y maximización de la eficiencia en el proceso productivo
A modo de conclusión, en este artículo hemos repasado las distintas acciones en materia de sostenibilidad que la industria automotriz está llevando a cabo para reducir el impacto medioambiental de sus procesos de fabricación y lograr alcanzar la neutralidad de carbono en 2050, de acuerdo con los objetivos fijados por la UE. Si bien es cierto que aún queda un largo camino por recorrer, se trata de pasos importantes para paliar la emergencia climática que vivimos y redefinir un modelo de negocio en el que la rentabilidad económica no esté reñida con la sostenibilidad.