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Ya hace años que desde el sector público y el privado se están haciendo esfuerzos para conseguir una movilidad sostenible y reducir el número de emisiones de dióxido de carbono, pero parece que la actual pandemia del coronavirus ha acelerado este proceso gracias a la reducción de la actividad económica y a la limitación de los desplazamientos. Sin embargo, aunque sea un concepto que muy actual, hay quién tiene un poco de confusión sobre qué significa movilidad sostenible: ¿se restringe al ámbito individual o incluye también el colectivo?, ¿se refiere a las iniciativas en materia de transporte impulsadas por la administración pública o también a los planes de movilidad sostenible de las empresas? Desde Wikidriver intentaremos aclararte estos términos y repasaremos ejemplos de modelos de transporte sostenible para que sepas cómo ser un ecoconductor y puedas aportar tu granito de arena para preservar el planeta.
Movilidad sostenible: definición y ejemplos de transporte no contaminante
En primer lugar, definamos el término y veamos qué ejemplos de transporte sostenible existen actualmente. El concepto movilidad sostenible se refiere a un modelo de movilidad respetuoso con el medio ambiente, es decir que no contamine ni genere residuos y permita que los recursos naturales no se agoten para las generaciones futuras. La movilidad sostenible (también llamada movilidad sustentable del inglés sustainable mobility) engloba tanto el traslado de personas como de mercancías y busca satisfacer las necesidades de transporte de una forma eficiente a partir de energías alternativas, asegurando el bienestar y la calidad de vida de la población.
En la actualidad disponemos de un amplio abanico de medios de transporte respetuosos con el medio ambiente, tales como:
– bicis (convencionales y eléctricas), ya sean de uso privado como compartido
– patinetes (convencionales y eléctricos)
– autobuses que funcionan con gas
– tranvías
– motos y coches eléctricos e híbridos
La movilidad sostenible busca satisfacer las necesidades de transporte de una forma eficiente a partir de energías alternativas
Acciones del sector público
Para lograr una movilidad sostenible, las distintas administraciones (municipales, regionales, nacionales y supranacionales) hace años que trabajan en la implementación de políticas de transporte públicas, en el fomento del coche eléctrico y en la regulación del vehículo privado para reducir la huella ecológica y luchar contra el cambio climático. Un ejemplo sería la Zona de Bajas Emisiones en Barcelona y Madrid Central en el centro de la Península, y lo mismo pasa en otras capitales europeas como Alemania, Francia, Italia, Suecia, Reino Unido y Grecia, que restringen el acceso al centro de sus principales ciudades.
Las políticas públicas de movilidad también buscan estimular el uso de vehículos no contaminantes ya que, según datos de la Unión Europea, el transporte es responsable del 22% de las emisiones de dióxido de carbono dentro del territorio europeo. Para lograrlo, las administraciones usan distintas fórmulas, ya sea incluyendo formas de transporte alternativo en su parque de vehículos urbanos (como, por ejemplo, con el servicio de bicicletas urbanas compartidas) u ofreciendo ayudas económicas para estimular la compra de determinados vehículos, como patinetes y bicis eléctricas y coches eléctricos e híbridos. Recientemente el Gobierno español ha anunciado el plan MOVES III, que repartirá 400 millones de euros ampliables a 800 en ayudas directas para adquirir vehículos eléctricos.
La implicación del sector privado
Además del sector público, en los últimos decenios muchas empresas del sector privado también están apostando por planes de movilidad sostenible con el fomento del uso de vehículos compartidos (el llamado car o pool sharing), facilitando el aparcamiento y puntos de recarga para los trabajadores con coches eléctricos e impulsando el teletrabajo, entre otras acciones. En la movilidad urbana sostenible, los parkings también tienen un papel destacado, ya que permiten estacionar el vehículo y utilizar otros medios de transporte o vehículos compartidos favoreciendo el uso de soluciones menos contaminantes dentro de la ciudad.
Pero no solo el sector público y privado han tomado nota de la necesidad de actuar urgentemente para combatir el problema medioambiental, sino que también la ciudadanía parece que ha tomado conciencia de la situación y cada vez son más las personas que apuestan por una movilidad verde. Según un informe publicado en España durante la Semana Europea de la Movilidad en septiembre del año pasado, la demanda de vehículos sostenibles (principalmente, patinetes y bicicletas, tanto convencionales como eléctricos) aumentó un 144% comparando el primer y segundo cuatrimestre de 2020. Es cierto que la pandemia del coronavirus y la búsqueda de medios de transporte individuales para evitar los colectivos han tenido mucho que ver con este boom espectacular, pero la creciente preocupación global por el planeta y la demanda de vehículos alternativos también es innegable. Y tú, ¿ya te has sumado a la movilidad sostenible?