La sociedad camina hacia una mayor conciencia medioambiental. Por eso, los conductores cada vez se preocupan más por el impacto que las emisiones de su coche tienen en el entorno. Descubre en Wikidriver qué tipo de motor, diésel o gasolina, es el más contaminante y cuáles son las alternativas más sostenibles para la movilidad en carretera.
Qué contamina más: ¿diésel o gasolina?
No podemos negar que la sociedad actual tiene una gran conciencia medioambiental: las leyes de circulación que se ponen en marcha tienen por objetivo garantizar la conservación de nuestro planeta y entorno e incluso hay penalizaciones económicas a los coches más agresivos con el medioambiente. Es normal que los conductores se preocupen cada vez más del impacto que su vehículo provoca en la naturaleza. Por eso es importante saber cuál es el grado de contaminación de los coches y qué motor contamina más, diésel o gasolina.
Seguro que has oído hablar de los coches de hidrógeno, el verdadero motor cero en emisiones, de los coches solares y de los coches eléctricos. Pero también es posible que tengas un coche movido por otro tipo de combustible al que quieras -o no- darle una oportunidad si las actuales normas de circulación en las ciudades te lo permiten. La contaminación de los coches está a la orden del día y aumentan las limitaciones de los coches con motores gasolina y diésel.
En ese caso, tienes que saber que la gasolina y el diésel (o gasóleo) son dos tipos de combustible. En los motores gasolina, el movimiento se genera a través de una chispa en el interior del cilindro por medio de la bujía. En los motores diésel, en cambio, hay una transformación del calor en energía para que el vehículo se desplace.
En la combustión ideal, las cantidades de aire y combustible (hidrocarburo) reaccionan en su totalidad, sin darse exceso o defecto de uno u otro. Los productos de esa combustión son vapor de agua (H₂O), nitrógeno (N2) y dióxido de carbono (CO₂). El nitrógeno es el único que no causa problemas al medio ambiente. El vapor de agua puede verse en forma de humo blanco o incluso como un pequeño corrito de agua en el tubo de escape los días más fríos, y forma parte de los gases de efecto invernadero. Igual que el dióxido de carbono, muy complicado de eliminar de la atmósfera y cada vez más presente en el aire que respiramos.
En cuanto a contaminación de coches se refiere, es posible que a la pregunta ‘¿Qué contamina más: diésel o gasolina’?, tu respuesta sea: ‘Diésel’. Nada más lejos de la realidad. Gracias a las innovaciones técnicas, los modelos diésel actuales perjudican menos el medioambiente. ¿Por qué?
- Su nivel de emisiones de óxidos de nitrógeno se ha reducido un 90% y ya es prácticamente el mismo que el de un motor de gasolina.
- Su menor consumo de combustible hace que los motores diésel sean responsables de lanzar a la atmósfera una menor cantidad de CO₂ y, por tanto, de gases de efecto invernadero: 12% en los gases de escape de un motor diésel frente a un 14% en los de un motor gasolina.
La fama de los vehículos diésel se debe, entonces, a esos modelos anteriores a 2006 que carecen de la etiqueta medioambiental de la DGT. Esos, igual que los modelos con motores gasolina, contaminan mucho y, por eso, las administraciones trabajan para su retirada.
Las alternativas a los coches de combustión
Si te estás planteando la repercusión que el motor de tu vehículo tiene en el medio ambiente y qué contamina más, si diésel o gasolina, es que te preocupa la contaminación de los coches y los gases de efecto invernadero que lanzan a la atmósfera.
Los motores diésel y los motores gasolina son parte de los llamados coches de combustión, y un exceso de ellos en las carreteras puede causar graves daños al medio ambiente. Sin embargo, hoy en día existen alternativas mucho más sostenibles.
Una de ellas son los coches eléctricos, destacables por su eficiencia energética y por ser amigables con el medio ambiente, ya que no producen ningún tipo de gases altamente tóxicos y perjudiciales para el planeta y, al no disponer de marchas, tampoco producen contaminación acústica.
Si hablamos de otro tipo de ventajas, entran en liza las económicas: el usuario puede ahorrar en mantenimiento, porque estos vehículos no dependen de la quema de combustible para funcionar y se mueven gracias a una batería. Menos piezas y, por consiguiente, un desgaste menor. Una ventaja más: las ventajas fiscales y las facilidades para su circulación y estacionamiento en las grandes ciudades, donde este tipo de modelos menos contaminantes son bienvenidos.
Al auge de los coches eléctricos se le suman los coches con hidrógeno, que funcionan con una pila especial y no provocan combustión al generar energía, por lo que son una alternativa completamente sostenible. La pila de hidrógeno es menos contaminante que las baterías de los coches eléctricos y genera vapor de agua, con lo que todo el mundo conoce a estos vehículos como ‘cero emisiones’. A la hora de poner en foco en otras ventajas de estos modelos, alternativa sostenible a los coches de combustión, podríamos hablar del tiempo de recarga, que no supera los 5 minutos para una autonomía de 800 km (mucho menos que el tiempo de recarga de la batería de los coches eléctricos para una autonomía inferior).
Otra alternativa de movilidad sostenible que se opone a los vehículos con motores de combustión son los coches solares, cuyo desarrollo avanza poco a poco, pero con firmeza. Se mueven con paneles solares, y su tecnología permite que estos reciban alimentación mediante células fotovoltaicas que transforman la energía del sol en electricidad. Esta electricidad es la que se encarga de nutrir la batería y el motor del vehículo, lo que permite el movimiento y el desarrollo óptimo de todas sus funcionalidades.
Son modelos que se mueven con energías renovables y tecnologías completamente ecológicas que no generan emisiones contaminantes, aunque presenta un gran desafío: encontrar la forma de resolver la eficiencia de la energía solar aplicada al mundo del motor, ya que esta depende de las horas de luz.