Es probablemente la pesadilla de todo conductor: ir con el coche en marcha y, al intentar detenerlo o reducir la velocidad, el freno no responde y no sabes cómo maniobrar para no causar accidentes. Los motivos de un fallo en el sistema de frenos pueden ser muchos, desde la falta de mantenimiento al uso excesivo y, a pesar de la importancia para la seguridad vial, uno de cada cinco coches que circula por nuestras carreteras lo hace con los frenos en mal estado. Desde WikiDriver te proponemos esta guía básica.
Los frenos son el sistema de seguridad activa más importante de un coche y su desgaste es algo que preocupa a muchos conductores, y con razón. El sistema de frenado no es infalible ni mucho menos una ciencia cierta, pero sí podemos aplicar medidas preventivas para mantenerlo en buen estado y minimizar los posibles daños de su deterioro. Los últimos datos recogidos por las estaciones de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) en 2015, hablan de los frenos como la parte del coche en la que más daños se reportaron, con un 15.5% de los daños graves encontrados, solo por detrás del sistema de alumbrado (24.5%) y la señalización (24.5%).
Síntomas de que algo no marcha bien
Con el paso del tiempo, el uso continuado y las aptitudes de conducción de cada conductor, además del modelo del coche, influyen en el estado de los frenos (compuestos por pastillas y discos de freno). Cuando esto ocurre, el coche envía señales de alerta que avisan de la urgencia de una revisión mecánica. Si te ha ocurrido al menos una de las siguientes situaciones, quizá sea el momento de acudir a tu mecánico de confianza:
- El coche no frena igual que antes: si notas que el pedal de freno no responde con la misma rapidez y efectividad que antes, puede indicar tres cosas: que el nivel de líquido de frenos está por debajo de lo normal, que las pastillas están desgastadas o que los discos necesitan ser reemplazados.
- El pedal del freno está más duro de lo normal: puede ocurrir cuando el servofreno está presentando problemas por exposición prolongada a temperaturas elevadas; esto provoca lo que se conoce como ‘fading’ o fatiga en los frenos, que hace que fallen por la pérdida de coeficiente de fricción.
- El coche pierde líquido al frenar: este problema es común cuando la bomba de freno está desgastada o defectuosa y pierde fuerza durante el frenado.
- El pedal del freno está flojo: otro de los síntomas de que el coche necesita revisión urgente, pues el hecho de que el pedal del freno se sienta más ‘blando’ de lo normal indica que se ha introducido aire en el circuito de frenado o que los frenos se hayan quedado sin líquido.
Pasos para detener el coche ante un fallo de frenos
En el momento en que te des cuenta de que los frenos no funcionan, hay dos cosas que tienes que hacer de inmediato: quitar el pie del acelerador para que el coche no siga cogiendo velocidad y encender las luces intermitentes para intentar avisar al resto de conductores de que estás teniendo problemas para frenar y maniobrar. Por otro lado, también es importante que apagues el sistema de control de velocidad.
Como tercera medida, reduce las marchas para aminorar la velocidad del coche tanto como sea posible, teniendo cuidado de hacerlo progresivamente. Si lo haces de golpe, corres el riesgo de perder el control y sufrir o causar un accidente. Si con esta reducción de marchas no logras detener del todo el vehículo, prueba con el freno de emergencia tirando de él lentamente.
Una vez hechas estas tres cosas, el próximo paso es intentar desviarnos hacia un lado de la carretera y, si circulamos por una autovía, intentar salir de ella cuanto antes. En caso de no poder hacer ninguna de las dos cosas, busca el margen lateral de la carretera y colócate allí. Entre tu desvío y las luces intermitentes, el resto de conductores podrán intuir que estás teniendo problemas con tu coche.
Lo que debes evitar hacer
Es mejor evitar activar el freno de seguridad de manera brusca mientras el coche sigue en movimiento a alta velocidad. Tampoco es buena idea apagar el motor para forzar al coche a que se detenga por sí solo; ambas opciones pueden ocasionar accidentes, pues la acción brusca de activar el freno de emergencia a alta velocidad y apagar el coche pueden bloquear los neumáticos, endurecer la dirección y ocasionar accidentes.