casa batllo barcelona sant jordi pixabay1348260 300x225 - Las 5 innovaciones tecnológicas que transformarán la industria del automóvil en la próxima década

Las 5 innovaciones tecnológicas que transformarán la industria del automóvil en la próxima década

La industria automotriz está cambiando, y más que lo hará en los años venideros. Los vertiginosos avances en innovación y tecnología están redefiniendo no solo el concepto de vehículo (desde su diseño, pasando por los innovadores materiales empleados en su fabricación interior y exterior, hasta el desarrollo de nuevas fuentes de combustible), sino también la relación del automóvil con el conductor y con el entorno. Así, la IA, el intercambio de datos en tiempo real (big data), el internet de las cosas o Internet of Things (IoT) y las redes 5G nos encaminan hacia una movilidad inteligente en la que todo estará interconectado y la conducción autónoma cobrará un protagonismo indiscutible. En este artículo de Wikidriver te contaremos cuáles serán las principales innovaciones tecnológicas de los automóviles en la próxima década y cómo cambiarán la fisionomía de vehículos, ciudades e infraestructuras viales.

Intentar resumir los avances y tecnologías de vanguardia que marcarán el futuro de la conducción no es tarea sencilla, ya que la tecnología se desarrolla a tal velocidad que constantemente aparecen nuevos sistemas, materiales avanzados y soluciones inteligentes. Sin embargo, seguidamente nos centraremos en cinco grandes innovaciones tecnológicas que, a nuestro parecer, serán decisivas en la industria automovilística en los próximos años:

1. Conducción autónoma: hacia un futuro sin volante

Aunque, cuando hablamos de conducción autónoma, solemos situarnos en un escenario futuro, lo cierto es que hoy en día ya existen coches sin conductor en varias partes del mundo. Nos referimos a los modelos de algunas compañías estadounidenses y europeas como Tesla, Google, Toyota, Nvidia, Aurora Innovations, General Motors, Intel, Ford, Daimler y Bosch, y a los de fabricantes asiáticos como AutoX, Baidu y Nissan, por citar algunos. Gracias a un complejo sistema de sensores, cámaras integradas, ordenadores, GPS de alta precisión, IA, receptores por satélites y radares de corto alcance, estos vehículos pueden realizar todas o parte de las tareas de conducción de forma autónoma. 

Sin embargo, ninguno de estos modelos alcanza aún el nivel 6 de conducción autónoma de la UE correspondiente a la automatización plena, en la que el vehículo sustituye al conductor en todas sus tareas y este pasa a ser un pasajero más sin tener que controlar o recuperar el volante en ningún caso. 

El Parlamento Europeo prevé alcanzar este nivel en 2030 y para ello será necesario mejorar la tecnología existente y desarrollar e incorporar nuevos avances (reconocimiento y toma de decisiones del vehículo en entornos complejos como condiciones meteorológicas extremas, mejoras en la seguridad cibernética, perfeccionamiento de los asistentes de voz, etc.). 

2. Baterías en estado sólido y con química dual: la revolución del coche eléctrico

Las principales limitaciones de los vehículos eléctricos son la autonomía, la falta de puntos de recarga y las limitaciones de sus baterías de litio. Actualmente la mayoría de ellas contienen electrolito líquido (una sustancia derivada del petróleo que puede inflamarse o filtrarse), pero en los últimos años la industria automotriz también ha desarrollado baterías de electrolito sólido, una variante mucho más segura, económica y que alarga su autonomía. A diferencia de las baterías de electrolito líquido, las de estado sólido disminuyen la posibilidad de incendio y permiten una recarga más rápida del vehículo. Sin embargo, su complejo proceso de diseño y los elevados costes de fabricación requieren importantes mejoras para que su uso pueda democratizarse.  

Además de este tipo de baterías, recientemente algunas marcas automovilísticas americanas, europeas y asiáticas también han desarrollado baterías de química dual y previsiblemente seguirán perfeccionándose en los próximos años. Estas baterías combinan dos clases de química (litio y sodio, litio y azufre, etc.): una con una alta densidad energética, ideal para desplazamientos largos y, otra, menos densa, más adecuada para los trayectos cortos. De este modo, se mejora la eficiencia y el rendimiento de las baterías, se reducen costes y se aumenta la sostenibilidad. 

3. Nuevas fuentes de combustibles: la alternativa al petróleo

El agotamiento de los combustibles fósiles y la nefasta repercusión que tienen para el medioambiente ya hace años que ha llevado a la industria automovilística a explorar, desarrollar y probar nuevas fuentes de combustible más sostenibles.

En consecuencia, además de apostar por la electrificación, también ha desarrollado carburantes sintéticos. Llamados de muchas maneras (e-fuel, biocombustibles avanzados, ecocombustibles, combustibles renovables o de huella cero) se trata de carburantes elaborados a partir de fuentes no fósiles (como materia orgánica y residuos de distintos tipos) y su principal ventaja es que no generan emisiones de CO2, ni durante su uso ni en ninguna fase del proceso de producción. Como, además, pueden ser usados en todo tipo de vehículos (terrestres, aéreos y marítimos) en los próximos años se perfilan como una interesantísima fuente energética y un elemento clave para descarbonizar el sector del transporte a largo plazo. 

Otras fuentes de combustible que debemos señalar en este punto son el hidrógeno y la energía solar para hacer funcionar los coches de baterías. Si bien los vehículos de hidrógeno se enfrentan a importantes desafíos en términos de infraestructura y costes, podrían desempeñar un papel relevante en el futuro de la movilidad sostenible y lo mismo puede ocurrir con los coches con placas solares, de los cuales hoy en día ya existen algunos modelos como el Lightear 1, el Lightyear 2, el Toyota Prius y el Sono Sion. 

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4. Coches conectados: comunicación en tiempo real para mayor seguridad

Del mismo modo que ya existen coches sin conductor en varias partes del mundo, hoy en día también se están haciendo pruebas piloto en diversas ciudades del planeta donde los vehículos están conectados con otros coches y con el entorno; son los llamados ecosistemas de movilidad inteligente. 

Estos funcionan gracias a tecnologías de vanguardia como las redes 5G, la internet de las cosas (IdC) y la tecnología Vehicle-to-Everything (V2E), que, a su vez, incluye numerosas subtecnologías que conectan al automóvil con otros vehículos, las infraestructuras, los peatones, los servicios de emergencia, las redes de suministro y otros dispositivos. 

Así, mediante el V2E (Vehicle-to-Vehicle), los vehículos comparten datos sobre su posición, velocidad o frenadas repentinas para poder actuar sobre el tráfico en tiempo real y evitar accidentes; a través del V2I (Vehicle-to-Infrastructure) reciben información de semáforos, señales y carreteras inteligentes para optimizar rutas y reducir la congestión; y mediante el V2P (Vehicle-to-Pedestrian) son capaces de detectar peatones o ciclistas, incluso fuera del campo de visión del conductor. 

¿Y en qué punto intervienen la tecnología 5G y la IdC? Pues mientras la red 5G proporciona la velocidad e inmediatez necesarias para que esta comunicación suceda en tiempo real, la IdC conecta el vehículo con una infraestructura más amplia de dispositivos (V2D, Vehicle-to-Device) y sensores urbanos, hecho que se traduce en una movilidad más segura, eficiente y sostenible.

5. Materiales inteligentes y vehículos autorreparables

Otras importantes innovaciones del sector automovilístico que seguirán desarrollándose en los próximos años son los materiales inteligentes que ya usan numerosas compañías del mundo y que se aplican tanto a los vehículos (interior y exterior) como a las infraestructuras (carreteras). Se trata de soluciones que buscan ser más sostenibles, eficientes y mejorar la comodidad y la seguridad de los pasajeros. 

Así, por ejemplo, los principales productores del sector están sustituyendo materiales contaminantes como el plástico, la fibra de vidrio, el petróleo o los elaborados a partir de aceite por materiales sostenibles de origen vegetal (extracto de maíz, serrín, caña de azúcar y fibras naturales) y reciclados (redes de pesca recuperadas, plásticos del océano, etc.) en el interior de sus vehículos. También están fabricando biomateriales de origen biológico como el biopoliuretano y el bioplástico para disminuir el impacto ambiental e investigando la posibilidad de usar fibra de carbono, polímeros avanzados y materiales híbridos (más ligeros y resistentes) en la carrocería de los automóviles en lugar de los actuales acero, caucho sintético y plásticos. 

En este apartado son también destacables las pinturas y gomas inteligentes (ambas, capaces de repararse tras pequeños arañazos y pinchazos leves) y las carreteras electrificadas, que permiten que los vehículos eléctricos se recarguen mientras circulan, tal como se está testando en Gotland (Suecia) con el proyecto SmartRoad Gotland. Todos estos avances reducirán los costes de mantenimiento de los vehículos, aumentarán su vida útil y mejorarán las prestaciones ofrecidas a sus ocupantes.

Para terminar, en este artículo hemos explorado algunas tecnologías emergentes que marcarán el futuro de los coches de las próxima década, transformando no solo nuestra forma de interactuar con ellos, sino también la manera en que estos se conectarán entre sí y con el entorno. Por razones de espacio nos hemos dejado en el tintero otros significativos avances (como los nuevos sistemas de carga estática y dinámica de los coches eléctricos, el enorme potencial de los vehículos aéreos, las mejoras en los sistemas ADAS, etc.), aunque es probable que pronto surjan tecnologías disruptivas que los superen y dibujen un ecosistema de movilidad que hoy apenas podemos imaginar.