Del mismo modo que intentamos ahorrar con la calefacción en casa (y más con lo disparados que están los precios actualmente), también es normal que queramos hacerlo con la calefacción del coche. Pero mientras que en el primer caso parece que tenemos una idea bastante clara de cómo hacerlo, ¿sabemos cómo utilizar de forma eficiente el sistema de calefacción de nuestro automóvil? En este artículo de Wikidriver te contaremos qué debes hacer para utilizar la calefacción con eficacia y hacer una conducción más sostenible siguiendo unos sencillos consejos. ¡Así que lee con atención y toma nota!
Funcionamiento de la calefacción del coche
Antes de entrar en materia, repasemos un par de cuestiones sobre el sistema de calefacción de un automóvil: ¿cómo funciona exactamente?, ¿es cierto que la calefacción del coche gasta gasolina? Empecemos por la primera: el sistema de calefacción de un automóvil funciona a partir del calor que desprende el motor en marcha; es decir, el aire que circula por los conductos de ventilación aprovecha la energía térmica del motor para calentarse. En cuanto a la segunda cuestión, si la calefacción consume combustible, debemos decir rotundamente que no. Contrariamente a lo que muchas personas creen, no es cierto que el uso de este sistema gaste carburante, a diferencia de lo que ocurre con el aire acondicionado. El único elemento que sí que gasta combustible (aunque de forma indirecta y en muy poca cantidad) es el ventilador, que es el encargado de hacer pasar el aire al interior del habitáculo. El ventilador consume energía eléctrica proveniente de la batería y, esta a su vez, se carga con el alternador, que sí que consume carburante.
Aclaradas estas cuestiones, veamos a continuación qué recomendaciones podemos poner en práctica para preparar el coche para el invierno y utilizar la calefacción de forma eficiente:
– encender la calefacción unos minutos después de haber iniciado la marcha: muchos conductores tienden a poner la calefacción apenas suben al coche, especialmente si estamos en invierno y la temperatura exterior es muy baja, pero esto es incorrecto e ineficiente. Tal como hemos explicado en el punto anterior, hasta que el motor del coche no se haya calentado suficiente, no emitirá aire caliente, de modo que si ponemos la calefacción en seguida, el aire que entrará será frío y aún enfriará más el interior del automóvil. Además, removerá el aire del habitáculo cuando se utilice el sistema de recirculación y contribuirá a la aparición de vaho a causa de la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior del automóvil. Lo ideal será esperar algunos minutos tras haber iniciado la marcha para activar la calefacción
– distribuir el aire de la calefacción a los pies: otra costumbre cuando ponemos la calefacción en el coche es dirigirla hacia la parte superior del habitáculo y, solo si tenemos frío en los pies, la direccionamos hacia las extremidades inferiores. De nuevo, esto no es adecuado y deberíamos dirigir la salida del aire hacia los pies y a la que envía el aire hacia el parabrisas. ¿El motivo? El aire caliente asciende y el frío desciende, de manera que poco a poco el calor irá subiendo por sí mismo hacia el resto del habitáculo y repartiéndose de forma homogénea (en lugar de concentrarse solo en la parte superior del interior del coche) y evitaremos que el parabrisas se entele
– mantener una temperatura correcta: la Dirección General de Tráfico estable que la temperatura de confort en el coche debe oscilar entre los 22 y los 24 grados, mientras que para el Real Automóvil Club de España (RACE), la horquilla ideal se sitúa entre los 21 y 23 grados. Si seguimos cualquiera de estas dos recomendaciones, haremos un uso eficiente de la calefacción y no consumiremos más de la cuenta. En caso de superar los 24 grados, el exceso de temperatura puede afectar seriamente al conductor, provocándole fatiga y somnolencia (el interior de un coche que está a 30 grados sería equivalente a un nivel de alcoholemia de 0,5 gramos por litro de sangre), con el peligro de accidente que esto conlleva. Además, climatizar el habitáculo a estas temperaturas fuerza el motor y aumenta la emisión de gases de efecto invernadero
– no encender el aire acondicionado: puede parecer una contradicción, pero hay quién enciende el aire acondicionado y la calefacción a la vez; además de ser ineficiente, esta práctica supone un incremento notable del combustible y puede provocar una avería
– no usar ropa de abrigo dentro del coche: en ciertas ocasiones (si el sistema de calefacción del coche no funciona demasiado bien, tarda bastante antes de que empiece a emitir aire caliente o andamos con prisas), algunos conductores optan por circular con guantes y ropa de abrigo, pero esto es desaconsejable porque puede afectar a la conducción y a nuestra seguridad. El uso de guantes impide tener un buen tacto de la dirección y de la palanca de cambios, mientras que el abrigo limita la movilidad al volante y puede provocar que el cinturón no quede bien ajustado, con el consiguiente peligro para nuestra seguridad en caso de frenazo brusco o accidente
– apaga la calefacción en las paradas y revisa periódicamente la calefacción: si vas a estar parado más de un minuto parado, recuerda apagar la calefacción, ya que de lo contrario estarás gastando innecesariamente y emitiendo gases contaminantes. No olvides tampoco revisarla periódicamente, puesto que, como cualquier otro sistema del vehículo, necesita ser inspeccionada regularmente para comprobar su correcto funcionamiento.