Aunque algunos conductores solo llevan su vehículo al taller antes de pasar la ITV, cuando el ordenador de viaje les indica la necesidad de revisar el coche o si observan algún problema cuando circulan, inspeccionar periódicamente el automóvil es imprescindible para asegurarnos de que funciona correctamente. De hecho, es de suma importancia revisarlo después de haber hecho muchos quilómetros durante las vacaciones y prepararlo para la vuelta al trabajo o para el invierno, dado que algunos sistemas pueden verse afectados por el descenso de las temperaturas. Y es que revisar con cierta frecuencia los distintos elementos del coche no solo garantiza nuestra seguridad y la de los otros conductores, sino que también permite alargar la vida útil del vehículo y ahorrar en reparaciones futuras. En este artículo de Wikidriver te daremos tips para el mantenimiento de coches para qué sepas como tenerlo siempre a punto y evitar sorpresas al volante. ¡Así que, toma papel y lápiz y presta atención a las siguientes recomendaciones!
Hay varios elementos a revisar en un coche, pero ciertas partes del automóvil resultan esenciales para garantizar la seguridad en la carretera. A continuación las detallaremos:
– los neumáticos: es fundamental que las gomas estén en perfecto estado ya que son las encargadas de mantener el automóvil en contacto con el asfalto. Por ello, deberás revisar la presión de los neumáticos (ten en cuenta que puede verse afectada por las variaciones de temperatura en verano y en invierno), el desgaste de la goma comprobando cómo está el dibujo y el estado de las cubiertas.
– los frenos: para que el sistema de frenado funcione perfectamente, debemos revisar las pastillas de freno (tanto las delanteras como las traseras, aunque las delanteras sufren un mayor desgaste) al menos una vez al año o cada 10.000 km aproximadamente, aunque la cifra puede variar en función de cada modelo. Igualmente, es muy importante controlar los discos de freno y el líquido para asegurar la eficacia de la frenada, esencial en situaciones de emergencia.
– los amortiguadores: juntamente con los neumáticos y los frenos, los amortiguadores forman el llamado «triángulo de seguridad». Proporcionan confort en la conducción, mantienen la estabilidad del coche, absorben las irregularidades del terreno y permiten frenar con eficacia. A diferencia de otros elementos del vehículo como los neumáticos o los filtros de aceite o combustible, no es fácil apreciar su desgaste a simple vista. En consecuencia, lo más recomendable es revisarlos cada 20.000 quilómetros.
– el aceite: otro de los tips de mantenimiento de vehículos consiste en comprobar el aceite, primordial para lubricar el motor, suavizar su rozamiento y garantizar que funcione correctamente. Con el paso del tiempo, el aceite se ensucia y pierde propiedades, de modo que cada 15.000 km debe cambiarse (aunque hay fabricantes que recomiendan el cambio un poco antes, a los 10.000 km, y otros, un poco después, a los 30.000). Además del aceite, también habrá que sustituir el filtro, puesto que acumula el aceite viejo y muchas impurezas.
– los filtros: además del filtro del aceite, en el vehículo hay otros filtros que también deben reponerse periódicamente, como el filtro del aire, el del combustible y el antipolen. Seguidamente los examinaremos:
– el filtro del aire tiene como objetivo garantizar que el aire que llega al motor no contiene impurezas ni partículas abrasivas, de modo que la combustión se realiza en óptimas condiciones y no se consume un exceso de combustible. En función de los lugares por los que se circula habitualmente, puede ser necesario reponerlo con más frecuencia, ya que no es lo mismo conducir por ambientes con una buena calidad del aire que por lugares muy contaminados o con mucho polvo. Sin embargo, como norma general conviene sustituirlo cada 15.000 km aproximadamente.
– el filtro del combustible sirve para eliminar las impurezas del combustible en los vehículos de gasolina y debe cambiarse entre los 40.000 y los 80.000 km. En cambio, en los automóviles que funcionan con diésel este filtro permite para eliminar la humedad y evitar la corrosión de los elementos metálicos del motor, y hay que cambiarlo entre los 30.000 y los 60.000 km.
– el filtro antipolen garantiza que el aire del interior del habitáculo está libre de partículas de polvo y polen, especialmente importante en caso de que el conductor o el resto de pasajeros sean alérgicos. Debería reponerse anualmente o cada 15.000 km.
Además de estos elementos, para hacer un buen mantenimiento del vehículo también recomendamos revisar los sistemas de iluminación, la correa de distribución, los limpiaparabrisas y los sistemas de escape y catalizadores.
Como hemos visto a lo largo del artículo, realizar un buen mantenimiento del coche y revisiones preventivas no solo garantiza nuestra seguridad y la del resto de usuarios de la vía, sino que también es una excelente inversión, ya que puede evitar averías graves y facturas elevadas. ¿Todo ventajas, no crees?