Le llaman el oro negro y no es casual. El petróleo sigue siendo la principal fuente de energía primaria del mundo y las variaciones en su precio tienen importantes consecuencias en el bolsillo de los ciudadanos, ya que casi todos los sectores —ya sea de una forma directa o indirecta— se ven afectados por estos cambios. Una de las consecuencias más evidentes (y costosas) del precio del crudo es el encarecimiento de la gasolina, aunque también de las materias primeras como el gas o el carbón, hecho que se traduce en facturas de suministros del hogar más caras. Pero, ¿por qué suben los precios de los combustibles?, ¿a qué se deben las fluctuaciones del precio del petróleo? No es fácil responder esta pregunta, pero en este artículo de Wikidriver intentaremos arrojar un poco de luz sobre esta compleja cuestión. ¿Nos acompañas?
El precio del petróleo, disparado
Desde que empezó el año, el precio de los carburantes ha ido en aumento, y de qué manera. La gasolina ha subido un 20,6% y el gasóleo, un 23,09%, tal como puede observarse en los datos publicados por el Boletín Petrolero de la Unión Europea. Las imágenes de finales de septiembre de largas colas en las gasolineras inglesas y el país colapsado, más propias de regiones en vías de desarrollo que de primeras potencias europeas como el Reino Unido, ha dejado a más de uno asombrado. El precio del crudo ha pasado de los 20 dólares en abril de 2020 a los 85 actuales y las previsiones indican que seguirá subiendo.
Pero, ¿qué explica estas variaciones tan fuertes? Lo cierto es que no hay una única causa, sino que el actual encarecimiento del petróleo responde tanto a factores tradicionales como coyunturales, como la pandemia del COVID-19. A continuación, los repasaremos:
– el papel de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP): la OPEP tiene una gran influencia sobre el precio del petróleo, ya que controla un poco más del 40% de la producción mundial de crudo, aumentando o reduciendo cuánto puede producirse.
– una demanda superior a la oferta: este factor está estrechamente relacionado con el anterior. Durante la pandemia, la OPEP, EE.UU., Rusia y otros grandes productores mundiales de crudo acordaron disminuir la producción para evitar pérdidas a raíz de la caída de la demanda de crudo. Sin embargo, ahora el escenario ha cambiado y la recuperación de la economía y de la movilidad gracias a la vacunación se ha traducido en un aumento de la demanda. Aunque la OPEP y los países productores no OPEP han acordado aumentar la producción de forma progresiva, este incremento no es automático (se reúnen mensualmente para valorar el mercado y decidir las estrategias a seguir), de modo que hay más demanda que oferta y esto se traduce en petróleo más caro. Además, la estrategia de contención en la producción les beneficia porque les permite encarecer el crudo.
– la contención en la producción de petróleo de los productores americanos: a raíz de las graves pérdidas que sufrieron muchas empresas petrolíferas en Estados Unidos con la pandemia, muchos productores de petróleo de esquisto (en inglés shale oil, un petróleo no convencional que se está convirtiendo en la joya de la corona energética) han decidido cambiar de estrategia y optar por una táctica inusual. En lugar de lanzarse a producir crudo vista la escasez de este combustible como habían hecho anteriormente, han decidido moderar la producción: como a otros países productores, la falta de petróleo les beneficia y se evitan grandes pérdidas en caso de que la situación económica mundial por el coronavirus cambiara repentinamente.
– una alta demanda de energía y combustible en la recuperación poscovid y las presiones inflacionarias: la pandemia ha dejado una situación socioeconómica mundial muy compleja. Por un lado, la recuperación de la economía y la movilidad ha comportado una mayor demanda de energía y combustible. Esto se ha traducido en un encarecimiento de los precios del gas, la luz y el carbón, y muchas empresas están optando por el petróleo y sus derivados para la generación eléctrica y usos industriales. Incluso algunos sectores, como el siderúrgico, han tenido que parar la producción porque no pueden asumir los sobrecostes del encarecimiento de la electricidad y el gas. La recuperación de la movilidad también ha aumentado la demanda de carburantes, hecho que, combinado con la insuficiente oferta de crudo, ha causado un aumento del precio del petróleo. Los productores y transportistas de este combustible también han repercutido este incremento en el consumidor en forma de precios más altos para poder mantener sus negocios, entrando en una espiral inflacionaria.
– la escasez de materias primas y la crisis global en la cadena de suministros: la recuperación mundial tras la pandemia ha ido acompañada de una escasez de primas materias y de fuertes problemas en las cadenas de suministros mundiales. Recordemos que el petróleo es una materia prima para muchos productos (por ejemplo, en la industria petroquímica se usa para fabricar plásticos y otros artículos que finalmente se venden al consumidor) de manera que, si no se produce suficiente crudo, no hay suficiente materia prima para elaborar otros productos, causando evidentes retrasos en las cadenas de suministros.
– las prisas hacia la transición energética: cada vez más empresas —también petroleras—están reorientando sus inversiones hacia la energía no fósil para luchar contra la crisis climática y el calentamiento global y cumplir así con la legislación europea. El problema es que esta transición hacia un modelo energéticamente sostenible se está acelerando por encima del ritmo que puede soportar la economía; es decir, queremos evolucionar hacia un futuro basado en las energías renovables pero, a día de hoy, las energías fósiles aún representan el 85% de la demanda energética mundial. La infraestructura para impulsar las energías renovables aún no está lo suficientemente desarrollada en muchos países y querer correr más de la cuenta tiene sus consecuencias.
Con este artículo esperamos haberte ayudado un poco a entender cómo funciona el mercado energético, los motivos por los qué sube y baja el precio del petróleo y qué consecuencias tiene para el consumidor final. Aunque la compleja situación socioeconómica mundial en que nos encontramos dibuja un escenario incierto, lo que sí que parece claro es que durante varios meses deberemos seguir apretándonos el cinturón tanto para pagar la gasolina del coche como las facturas del hogar. Pero, ¿hay alguna manera de para evitar pagar más de la cuenta? La respuesta es sí, aplicando algunos consejos para encontrar gasolina más barata y ahorrar en las facturas de suministros.