Del mismo modo que nos preparamos mentalmente para la vuelta a la oficina después de las vacaciones u organizamos la vuelta al colegio de nuestros hijos, también debemos poner a punto nuestro coche para la vuelta a la rutina, sobre todo si lo usamos para ir al trabajo y este verano hemos hecho muchos kilómetros. En este artículo de Wikidriver te contaremos cómo deberías preparar tu coche para el otoño; así, evitarás futuras averías y te asegurarás de que tu vehículo está en perfecto estado para la vuelta a la rutina diaria.
La revisión post vacaciones, básica para nuestro vehículo
Estamos muy acostumbrados a escuchar que es esencial inspeccionar nuestro vehículo antes de ir de vacaciones; lo que no tenemos tan claro es que también es fundamental hacerlo después del viaje, ya que si hemos hecho una ruta larga y exigente para el coche (carreteras de montaña, pavimentos mal asfaltados, condiciones climatológicas cambiantes, etc.), nuestro vehículo habrá sufrido un desgaste mucho mayor que el habitual, cuando circulamos por ciudad y por vías en buenas condiciones. Por ello, a continuación te explicaremos qué elementos de tu vehículo deberías revisar después de las vacaciones, especialmente si vas a ir al trabajo en coche:
– frenos: es evidente que un correcto funcionamiento del sistema de frenado es básico para la seguridad al volante. Si este verano hemos hecho muchos kilómetros y hemos expuesto el coche a altas temperaturas, los frenos pueden haberse desgastado de forma importante, lo que podría provocar que se reduzca la respuesta de frenado. No cabe decir que es de suma importancia revisar el estado de los frenos, sobre todo si tenemos en cuenta que en otoño suele llover y frenar sobre el pavimento mojado es más difícil.
– los neumáticos: en verano, con el intenso calor, los largos viajes por distintos tipos de calzada y el peso extra del maletero, uno de los elementos del coche que más sufren son los neumáticos. En consecuencia, tu mecánico deberá comprobar si se han deteriorado comprobando el estado del dibujo, la presión y la existencia de alguna grieta, y valorará si es necesario cambiarlos revisando el kilometraje.
– las luces y faros: junto con los neumáticos y los frenos, son otro de los elementos más importantes para garantizar la seguridad al volante. Por ello, hay que comprobar que no haya lámparas fundidas y que los faros estén bien regulados, ya que de lo contrario no veremos bien la carretera y podríamos provocar deslumbramientos a otros conductores.
– los líquidos: tras un viaje en verano, el nivel de varios líquidos de tu coche (líquido de dirección y frenos, del anticongelante, del refrigerante, del limpiaparabrisas) disminuirá debido a las altas temperaturas. Es importante que revises todos estos líquidos y que tengan los niveles recomendados, ya que de no ser así pueden afectar gravemente al motor.
– la carrocería: si este verano has circulado cerca de la playa o la montaña, quizás se haya acumulado sal, arena, polvo o suciedad en la carrocería de tu coche. Para comprobar que estos agentes externos no han afectado la pintura del vehículo y algunos elementos del interior, hay que revisar el estado de la carrocería y limpiarla con agua a presión.
– los limpiaparabrisas: aunque quizás no los hayas usado demasiado este verano, si durante tus vacaciones has viajado a una zona con clima seco, los limpiaparabrisas pueden haberse estropeado y podrían rayar el cristal. Además, las altas temperaturas pueden provocar que se agrieten y las gomas pierdan eficacia. En todo caso, si cuando los activas hacen ruido y no se deslizan bien, debes cambiarlos. Quizás no te parezcan un elemento fundamental, pero en caso de días lluviosos y de mala visibilidad, resultan esenciales para ver bien la calzada y conducir de forma segura.
– motor: para finalizar, deberemos comprobar que el motor funciona correctamente, revisando los varios líquidos que ya hemos mencionado anteriormente, los filtros y las varias piezas que lo forman.
Si revisas todos estos elementos, harás una buena puesta a punto posvacacional y tendrás la tranquilidad de que el coche está en perfecto estado. Además, si este otoño harás una vuelta presencial al trabajo y lo usarás diariamente, no deberás temer por ninguna avería debida al uso intensivo del verano. Recuerda que hacer un buen mantenimiento de tu coche evita riesgos en la carretera, aumenta tu seguridad y alarga su vida útil.